jueves, 29 de abril de 2010

Grado de dificultad

Uno no lo nota, porque lo hace todos los días. Pero cada acción que emprendemos tiene cierto grado de dificultad. He aquí unos ejemplos sencillos de la última semana:

      ESCALA DE DIFICULTAD
  1. Leve = Leve
  2. ¡Qué pedoooo! = Medio leve
  3. ¡Aynomames! = Dos-dos
  4. Cuestaunhuevo = Dos-tres difícil
  5. NOMAMEEEES = NOMAMEEEES


Ejemplo 1
Coordinar la cargada de unos nachos + unas palomitas + un refresco donde cabe Keiko en el trayecto de la dulcería a los asientos del cine.

Grado de dificultad: leve. 
En esto uno ya tiene cierto expertise. Cambia al siguiente nivel si uno de tus amigos NO come picante por su gastritis y debes cargar en moldecitos la salsa y los jalapeños pa' los nachos.



Ejemplo 2.
Redactar preguntas para el CEO de Intel. Así es: el señor importante de Intel vino a México a platicar con Calderón no-sé-de-qué-madre. Una hora antes lo entrevistamos para la revista. Yo tenía qué hacer las preguntas in english.

Grado de dificultad: ¡Qué pedoooo!
Si yo hubiera hecho las preguntas, evidentemente me hubieran quedado como de La India María. Afortunadamente, fui muy listo y pregunté a quien tenía que preguntar por las preguntas  (me las hicieron, prácticamente) y le pedí a quien le tenía que pedir que me las tradujera (y me las tradujo).



Ejemplo 3.
Comer una paleta de hielo.

Grado de dificultad: ¡Aynomameeees!
Aquí, en realidad, no depende TANTO de la habilidad de uno como de la calidad de las paletas. Ayer me comí una y estaba retebuena y no se desbarataba a las primeras de cambio.


Ejemplo 4.
Soportar un concierto insufrible.

Grado de dificultad: (((la escala fue insuficiente para registrarlo)))
Ps ahí tienen que fuimos al concierto de Yann Tiersen. Sí, el de Amelie y Adiós a Lenin. ¿Fue un error? Sí: fue un error. El wey este se avienta un concierto bien raro. Digo, igual y se pasó de lanza y de ojete con quienes lo fuimos a ver enganchados por la música de las movies (y no tocó ni una), pero ps para sus fans fans tampoco estuvo apabullante, creo yo... digo, no creo que sea muy chido que tu artista favorito se mantenga todo el che concierto a 3 metros de distancia de quienes estaban en primera fila.  

De puro coraje aquí les dejo una rola del Yann Tiersen que yo creí que vería

lunes, 19 de abril de 2010

Lecciones de cine: 31

Mañana es mi cumple. No sé si actúo como alguien de mi edad -creo que no- pero si algo he aprendido es que voy a mi paso.
De una cosa sí estoy seguro: este fue un GRAN año. Lleno de aprendizajes y madrazos, de crecimiento y de frustración, de amistad y, sobre todo, de mucho amor.

(Punto y aparte)

Resulta que escribo. Que me dedico a escribir. Que me dedico a corregir la escritura de los demás. Que jodo y jodo a mis alumnos con las figuras literarias, con la estructura de las oraciones, con los acentos, con las comas y los puntos. Que les pido "que comparen el texto que leyeron contra otra realidad".

Bueno, justo es que yo haga algo parecido, ¿no?

El cine es una gran alegoría. Ahí se encuentra to-do. Si el año pasado me proyecté y me azoté gachísimo con Efectos Secundarios, esta vez quiero retomar 10 películas que resumen, parcialmente, lo que significó este año para mi. Sí, va a sonar a tarjeta barata de Hallmark, pero como este es el imperio de Edgarín, se amuelan.

¿Qué es el cine a mis próximos 31?

...es reinventar nuestra historia

...es reflejarnos en lo que más nos gusta hacer(Happy-Go-Lucky)

...es decir, "no mames, qué poca madre, nada puede ir peor..." (y sí, las cosas pueden ir peor, pero al final hay una lucecita, por mínima que sea)


...es emocionarnos en un parque de Puebla (o de donde quieran) con burbujas de jabón y globos de colores

...es aprender a vivir cuando como adultos en edad productiva, nos rompen esa burbuja (....y, ergo, nos damos en la madre)
(Up in the air)

...es valorar a los amigos y a la familia (que a veces son unos monstruos encantadores)


...y que lo hecho en México... está bien hecho (a veces)

...es compartir (ay, esta sí va para tarjeta de Burundis)

...es saber que existen primaveras anticipadas

...y que, pase lo que pase, nos podemos cagar de la risa



Seee. Me puse cursi. Al ratito se me pasa.


¡EXTRA!
Mi diálogo favorito:

The Bull: Hey, Max?
Max: Yeah?
The Bull: When you go home, will you say good things about us?
Max: Yeah, I will.
The Bull: Thanks, Max.
Judith: You're the first king we haven't eaten.
Alexander: Yeah, that's true.
Judith: See ya.
Alexander: Bye, Max.
Max: Bye.
KW: Don't go. I'll eat you up; I love you so.
[all howl]

jueves, 1 de abril de 2010

Este fin de semana, después de seis meses de retraso, ¡por fin! se estrena Donde viven los monstruos, basada en el libro homónimo, un clásico de la literatura infantil.
Escrito e ilustrado por Maurice Sendak el libro -el cual tengo y fue un regalo muy especial- es hermosísimo: consta de pocas oraciones, y estas oraciones nunca rebasan las diez palabras.

En mi afán por alcanzar la fama de una u otra forma, propongo aquí una variedad:

"Cuentos que ya existen, pero finamente ilustrados por los alumnos del H. (entiéndase honorable) profesor Edgar Apanco".

El ejercicio piloto -que pongo aquí a su consideración- es una leyenda China:

Chang-fu-yen y el juez sabio

Hace mucho tiempo vivía en China un hombre muy pobre. Se llamaba Chang fu-yen.
Un día se le ocurrió sembrar ajos en su terreno.
(de acuerdo con Ceci, Eli y Camila, la idea de
"muy pobre" no se asocia con "mal alimentado")


Los ajos crecieron. Pensó que alcanzarían un precio muy alto.
Chang fu-yen construyó una choza en medio de su campo. Él se quedaba allí para cuidar sus ajos(esta es LA choza... y los ajos creciendo cual jitomates) (Sharon y Watty)


El día que los iba a cosechar, se sorprendió. ¡Sus ajos habían desaparecido!
(otro aspecto de la choza)

Entonces bajó a la ciudad de Pekín. Quería ver al Juez Sabio. Él lo ayudara a encontrar al ladrón.
El juez le dijo que tal vez había sido su choza.
Chang fu-yen no podía creer tal cosa.
El juez le pidió que llevara su choza al juzgado.

(la choza con un inexplicable sol sonriente,
de acuerdo con Paola, Teté y Mariana)


La choza no respondía preguntas. Los policías la golpearon hasta destruirla.
La gente que acudió al juicio reía mucho.
(nótese: en China, juez con peluca europea)
Por Norman, Diego y Daniel

El juez puso una multa a la gente por reir. Les pidió un kilo de ajo a cada persona.
El juez entregó todos los ajos recaudados a Chang.

Los ajos provenían de tres mercaderes. Ellos fueron encarcelados como sospechosos.

El juez sabo dijo a Chang: "Para estos casos siempre cuento con una ayuda especial.
Esa ayuda es del dios de la verdad. El dios marcaría en la espalda a los culpables.
El juez dejó juntos a los mercaderes y al dios. Los encerró en una celda, por una noche.
(el dios de la verdad, por Estévez, Julio y House -de hecho-: sí es intimidante)

A la mañana siguiente, Chang y el juez regresaron.
Uno de los mercaderes estaba marcado. El juez sabio dijo: "Se pegó a la pared para estar lejos del Dios".
El culpable fue enviado a la cárcel.
(toma desde una cámara de seguridad: el ladrón hurtando ajos)

Chang recibió todo el ajo de ese mercader. Se volvió rico.